Agarra los hombros del que está delante de ti. Ése, a su vez, se agarrará de otro que estará sujetándose al guía que nos conducirá a una sala absolutamente oscura. Ni un resquicio de luz. Nada. Te sentarás en una silla que no sabes cómo es. No sabes cómo es el escenario. No sabes dónde está. El vértigo se hace presente. Y la energía que se mueve en la sala es potente. Late. El resto de los sentidos se agudizan. Cerrarás los ojos. O no. No importa. No ves. No vas a ver. No necesitas ver. Escucharás. Sentirás. Olerás. Cada palabra que escuches llegará de un rincón diferente. Se magnificará cada sonido. Descubrirás las sutilezas de las voces. Te contarán la fuerza o la debilidad de los protagonistas. Y estarás dentro. Formando parte del acontecimiento.
Luces de libertad es la obra elegida. Cuando vuelva la luz y abras los ojos y veas, serás consciente de que hay muchas maneras de mirar y no todas son bajo los párpados.
Una experiencia única.
Una dimensión absolutamente recomendable. Buen viaje
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Vivi esa experiencia y coincido con el relato. Es altamente recomndable