Viajes con Heródoto, Ryszard Kapuscinski

Viajes con Heródoto no  es un libro de viajes en sentido estricto. O sí. Lo es al tiempo que es un ensayo, un estudio antropológico, o un reportaje. Es todo eso. Y mucho más, aunque no encuentre una clasificación que lo constriña a una sección específica en las librerías o bibliotecas.

viajes con herodoto

Ryszard Kapucscinski fue un gran reportero. Un extraordinario cronista. Y un viajero. Quizá es que no se puede contar el mundo y la gente que lo habita sin pisarlo o, como él mismo decía, sin haber compartido con las personas de quien se escribe un pedazo de su vida, siquiera una conversación en la calle.

Kapuscinski

Este polaco que decía que los cínicos no sirven para el periodismo recorrió mucho mundo. Y lo escribió casi todo. Y deliciosamente. Viajes con Heródoto es, como decíamos, un libro inclasificable pero absolutamente imprescindible. Te lleva de viaje y te mete en las entrañas de la vida en un texto que, homenajeando a Heródoto, recorre los 50 años de viajes y crónicas de Kapuscinski, que recorrió el mundo manoseando y devorando las páginas de Historia, de Heródoto, el libro que su redactora jefe le regaló antes de partir a su primer viaje a la India.

Heródoto, Historia

El camino es un tesoro

Kapuscinski decía que el sentido de la vida, de la suya al menos, era cruzar fronteras. El camino es un tesoro, decía. Y lo hizo. Porque quería encontrarse con el Otro. Esa era la clave. Y aprender. Y conversar. Defendió, con la práctica, no en textos escritos en un ordenador desde una oficina, el abandono de la zona de confort, despegarse de la seguridad que proporciona el terruño para encontrar respuestas. Como hizo Heródoto. Como después hizo él con Heródoto  – el primer historiador y tal vez el primer reportero – como compañero, tal vez como inspiración.

En una entrevista que le hizo el periodista Ramón Lobo para El País con motivo de la publicación en España de este libro, Kapuscinski decía que  “Heródoto era un hombre curioso que se hacía muchas preguntas, y por eso viajó por el mundo de su época en busca de respuestas. Siempre creí que los reporteros éramos los buscadores de contextos, de las causas que explican lo que sucede. Quizá por eso los periódicos son ahora más aburridos y están perdiendo ventas en todo el mundo”.

Viajes con Heródoto es un libro que recoge una manera de entender la vida. De vivirla. De ser y estar en el mundo. Si para el reportero polaco el Otro era la obsesión, este libro demuestra cómo satisfizo esa necesidad.

Andar, preguntar, escuchar

Este libro es un viaje por el mundo antiguo y por el contemporáneo. A través de sus páginas recorremos con él la China y la India que pisó cuando empezaba sus andanzas como reportero, allá por los años 50 del siglo pasado. Y nos enseña cómo el idioma no es una limitación sino un elemento más en la comunicación que se compone de igual manera de gestos, de tonos, de empatía. Kapuscinski cuenta cómo sus escasos recursos le llevaron a pisar la calle porque como él decía “No queda más remedio que andar, preguntar, escuchar, acopiar, atesorar y enhebrar las informaciones, las opiniones y las historias”.

Viajes con Heródoto no es un libro para periodistas, ni para aspirantes a reporteros. Lo es pero es un texto para todos aquellos que entienden, como Kapuscinski, que el camino es un tesoro y que hay que salir al mundo para comprenderlo y para encontrarse con el Otro.

4 Respuestas a “Viajes con Heródoto, Ryszard Kapuscinski

  1. Grande Kapuscinski, un gran viajero ante todo y cronista! «El sentido de la vida es cruzar fronteras», decía. Así que viniendo de él el libro es un imprescindible!! Un saludo

    • Exacto! Kapuscinski es una lectura imprescindible y este libro recopila su historia y su manera de vivir. Que lo disfrutes y gracias por compartir tu opinión. Buenas lecturas y mejores viajes

  2. Imagino que ambos, los libros de Heródoto como el de Kapuscinsky, no sólo deben ser insoslayables sino también impecables.
    Gracias por darme ambas referencias. ¿Y por qué no nombrarles a John Berger ?, con sus «Fotocopias» y «Cada vez que decimos adiós»: imprescindibles ambos y en la misma frecuencia.

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